Calor, sol y playa

Estos días está haciendo un frío que pela por Madrid...
Tal vez porque es invierno...
Y es lo suyo...

La cosa es que hace mucho frío y, la verdad, el frío está bien: nieva, los charcos se congelan, las fuentes se congelan, las pestañas se te congelan, las manos se congelan y en menos que canta un gallo (que también esta congelado) te has convertido en el rey de la noche y estás asolando todo Poniente a lomos de tu dragón.
Pero seamos sinceros, lo que de verdad nos gusta es el veranito, el calor, ir desnudos por casa, las vacaciones con los amigos, ir en chanclas hasta en el trabajo...

Ganas de Verano

Lo cierto es que hoy en el transcurso de mi lucha a vida o muerte contra el frío recordé algo que me hizo entrar en calor. Me refiero a una sesión que hice con mi prima, que siempre se presta para estas cosas (gracias Azul), a principios del verano del 2017. Yo iba a pasar una semana en Alicante y quería aprovechar todo el tiempo posible para hacer fotos y más fotos.

El castillo de Santa Barbara

El primer día de fotos fuimos al Castillo de Santa Bárbara, un castillo de visita obligada en lo alto de la montaña junto a la que se asienta la hermosa Alicante. No me pude resistir a hacer unas fotillos de las vistas, os dejo una.

Al estar situado en la cima de la montaña se puede ver todo el paisaje de alicante, ¡El mar y la montaña al mismo tiempo! ¿Qué lujo no?

Buscando localizaciones bonitas en el castillo encontramos los restos de la antigua tahona que había dentro de las murallas, aun quedaban rodillos de moler y se prestaban muy amablemente para hacer fotos, este es el resultado:

Continuamos subiendo hasta llegar a la parte más antigua del castillo, el torreón que hay en el punto más alto. Desde allí las vistas son impresionantes y se pueden hacer unas panorámicas de miedo, una pena que este en este blog no vaya a hablar sobre fotografía de paisaje ¿Eh?

Pero no temáis, hice mis deberes con el retrato.

Hora Dorada y Hora Azul

Al atardecer, en el momento justo en el que el sol empieza a ocultarse tras el horizonte, se crean dos momentos mágicos de luz que a los fotógrafos nos atrae (me voy a poner escatológico) como moscas a un buen puñado de rica mierda recién hecha.

Bien, ahora que seguro he captado vuestra atención os contaré de que va esta vaina.

Estos dos momentos mágicos de luz de los que hablo son la hora dorada y la hora azul, momentos que coinciden con la salida y puesta del sol. La hora dorada la luz tiene un tono cálido y dota a las imágenes de una apariencia dorada, es la luz que crea el sol cuando esta a punto de ponerse por completo.

Como contraparte tenemos la hora azul, es ese momento en el que el sol ya no nos ilumina pero no es de noche todavía, el cielo tiene un color azul brillante que no tardará en volverse negro. Como puedes deducir, la hora azul se caracteriza por tener una tonalidad fría y reflejos plateados. Las fotos de arriba son ejemplos hechos en la hora dorada.

De la hora azul no hice fotos por dos cosas: hay pocas luz y... bueno... que esta entrada habla sobre el verano, el frío no lo queremos ni en pintura hombre.

¿Y la playa?

He estado recordando el calor que traen consigo los pensamientos del verano, también del sol y sus efectos en la foto con las horas mágicas para los fotógrafos y ahora os preguntaréis que dónde esta la playa que prometía en el título ¿no?
¡Pues aquí la tenéis!

Benidorm

El siguiente día fuimos a Benidorm y lo pasamos en grande paseando por sus calles y probando a hacer diferentes fotografías, estas son las que más me gustaron.

El Balcón del Mediterráneo de Benidorm es una localización espléndida para hacer fotos, con sus columnas y escaleras junto a los acantilados erosionados por el mar. 

La próxima vez que vaya os enseñaré todo el potencial que tiene este sitio chicos.

De momento me despido hasta la semana que viene.

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